miércoles, 7 de marzo de 2012

Viaje a Milán I

Bueno, hace días que acabé los examenes, me fui de viaje (y ya he vuelto) y se me ha vuelto a ir la pinza. Las últimas dos semanas han sido un poco caóticas, pero no pasa nada, ya he vuelto, y os cuento que tal me ha ido!

Lo primero, el viaje a Milán. IMPRESIONANTE. No tengo una palabra mejor que describa los dos días escasos que pasamos allí. Nos dio tiempo a ver todo, a disfrutar de las compras, a tomar algo, a ver parte de la semana de la moda... Un gustazo!

Nada más llegar, y para empezar, que estación de tren taaaaaaaaaaan bonita! Grande, grandísima! Es una mezcla de arquitectura clásica y un interior totalmente nuevo y reformado.


Y una vez ubicadas, y después de que los taxistas no quisieran llevarnos porque estábamos muy cerca, nos fuimos en busca del hotel. Y tras dar varias vueltas y preguntar varias veces, un chico muy simpático nos acompañó hasta casi la puerta y nos comentó que cerca de allí había un bar bastante chulo. Y gracias a él conseguimos llegar sanas y salvas.

 Tras llegar al hotel, instalarnos, deshacer mochilas y cenar un poquito, marchamos a ver si encontrábamos el bar que nos había recomendado aquel chico. Y si, lo encontramos a la primera y era increible! Se llama Rock&Roll y está probablemente en uno de los peores barrios de Milán (dónde nos alojábamos!), pero es genial. Está todo decorado con imagenes de grupos rock de todos los tiempos (paredes, mesas), el suelo tiene púas incrustadas, hay guitarras colgadas en las paredes... Muy recomendable! Y lo mejor, los camareros son majísimos y hacen unos cócteles riquíiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos!!!!!!


Y una vez nos bebimos los cócteles, nos fuimos al hotel a dormir, que estábamos muuuuy cansadas del viaje.

Al día siguiente, salíamos del hotel hacia las 9 y media de la mañana dispuestas a ver todo Milán. ¡Y vaya si lo vimos! Lo primero que hicimos fue conseguir un plano del metro y nos dirigimos al castillo de los Sforza. 


De allí nos dirigimos directamente al lugar más bonito y visitado de Milán. El Duomo. Yo lo esperaba con mucha más altura, pero es impresionante igualmente. Muy bonito, muy barroco! Y el interior, inmenso, aunque un poco oscuro. Lo mejor, sin ninguna duda, subir a sus tejados. La broma es bastante cara, 10 euros por persona, pero merece la pena. Las vistas no son las mejores del mundo, pero ver los tejados de cerca, pasear por lo alto de la catedral, es precioso.



Seguido, nos pasamos a la Galleria Vittorio Emanuele. Debería haber sido lo primero. Elegantísima. La cúpula es impresionante. Allí tienes la misma sensación que Holly de Desayuno con diamantes siente en Tiffany's, nada malo puede ocurrirte alli. Y dentro, dejando de lado las impresionantes tiendas de Gucci, Prada y Louis Vuitton, la mejor tienda sin duda, por lo menos para mi, era una tiendecita llena de objetos muy especiales. Os dejo la foto.



Y tras este resumen de las primeras horas en Milán, os dejo. Mañana la segunda parte!

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